sábado, 4 de octubre de 2014

Contra la propiedad individual

Rodolfo Montes de Oca

Un 16 de enero de 2006, en pleno centro de Atenas a la salida del Banco Nacional ubicado en la calle Solonos de la capital helénica, se produce un fuerte enfrentamiento entre un grupo de asaltantes anarquistas y la policía. El intercambio de balas cesa con la evasión de los atracadores.

Sin embargo, sobre el frío pavimento al lado de un matero, se visualiza un joven vestido de negro que agoniza. Se trata del anarquista Giannis Diminitrakis, investigado en varias oportunidades por su participación en grupos antiautoritarios.

Su detención es filmada por la mórbida prensa que rápidamente saca conjetura y pone apodos a los expropiadores; los bautizan como “la banda de negro”, sin pruebas los acusan de ser los autores de por lo menos 7 atracos a entidades bancarias y de estar detrás de las detonaciones imputadas al grupo “justicia anti-estatal[1].

Por su parte los organismos de inteligencia hacen su encomienda, librando órdenes de captura contra los hermanos Mario y Simon Seisidis, así como contra Gregori Tsironis, obligándolos a pasar a la clandestinidad. Sus únicos antecedentes son los de participar activamente dentro de los grupos ácratas y revolucionarios de la región.   

Después del show, Diminitrakis fue condenado a 35 años de presidio por esta acción, la cual se redujo a una pena de 12 años, de la cual solo cumplió 6, saliendo en libertad bajo palabra en el 2012.

Actualmente existen varios anarquistas en prisión acusados por la fiscalía de realizar expropiaciones armadas contra las entidades financieras del sistema, algunos de ellos son: Anastasios Theofilou, Babis Tsilianidis o Evangelos Kautsibelas. Pero esta tradición de arrebatar al mercado el producto del trabajo individual es una vieja tradición dentro del movimiento libertario griego. Hace mas de 100 años atrás, unos robos dieron mucho de que hablar.

A principios de mayo de 1899, el  afanado diario “Neologos” de Patras comenzó a circular una serie de artículos informando a sus lectores sobre una serie de robos que se venían dando en la ciudad; aupados por el clamor popular, la policía empezó a indagar y a citar a lo que la criminología considera “sospechosos habituales” (contrabandistas, mendigos, trabajadoras sexuales, ladrones, etc.), como es de esperarse uno de esos “habituales” de apellido Tsikrikas, empezó a dar nombres y situaciones de hechos como suele pasar, entre ellos menciono dos apellidos a los cuales los investigadores prestaron especial atención: Agallopoulos y Liopetas.

Aristeidis Agallopoulos era un sastre de Constantinopla, mientras que Nicolás Liopetas era carpintero, ambos formaban parte de los círculos anticapitalistas de Patras y juntos habían firmado un manifiesto anti-electoral que apareció en la publicación “Fos Neon” de Pyrgos.[2]

Durante la requisa y captura de Liopetas, la policía descubrió una pequeña libreta donde aparecían direcciones y una cuantía de los bienes substraídos por la banda.  Ante la eminente captura y sentencia, Nicolás decide burlase del proceso penal y evadirse de su encierro ingiriendo una capsula con arsénico.

Por desgracia del reo, la dosis fue muy poco y sus custodios al verlo convulsionar deciden trasladarlo hasta el puesto medico donde es curado por los galenos y sus ayudantes. Esta infructuosa tentativa de homicidio género que Liopetas, colaborara con sus captores suministrando información sobre los robos y sus cómplices, re-acusando a  Tsikrikas de ser el cabecilla de la banda y de tener ramificaciones en  Atenas, Pireo, Syros, Messolongi, Pyrgos y Corinto, así como en las ciudades turcas de Esmirna y Estambul.[3]

Las averiguaciones culminaron con la detención de 10 personas, Liopetas fue acusado por el tribunal como partícipe de los robos mientras que Aristeidis Agallopoulos fue acusado de encubridor. Como era de esperarse todos fueron condenados a prisión. 

Se sabe que Liopetas murió en prisión, mientras que se desconoce el paradero de Agallopoulos, pero se sabe que Tsikrikas logro escapar de su encierro para continuar con su vida delictiva.

Para el historiador Paul Pomonis, el Caso Liopetas-Angallopoulos junto al turbio hecho de sangre que fue la muerte del anarquista Dimitris Bantounas[4], represento el “último canto del cisne” para el movimiento antiautoritario en la ciudad de Patras.




[1] Fue una agrupación que se adjudico una campaña de bombas entre Enero y Febrero de 2006. Todos sus objetivos se centraron específicamente en atacar al partido Nueva Democracia y bancos.
[2] Paul Pomonis. Early Days of Greek Anarchism: “the Democratic Club of Patras” and social Radicalism in Greece. AK Press.
[3] Op cit.
[4] Al parecer fue asesinado el 18 de mayo de 1899, en Pyrgos por uno de sus hermanos después de una violenta pelea.

Cae la testa coronada: la vindicta de Alexandros Schinas

Rodolfo Montes de Oca

El 24 de diciembre de 1845 en la opulenta ciudad nórdica de Copenhague, en medio de las festividades y de la suntuosidad que solo la aristocracia puede dar, nace el príncipe  Christian Wilhelm Ferdinand Adolf Georg of Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg, el cual será conocido en la historia universal como el Rey Jorge I de Grecia, primer monarca de la Casa Real Helena.

El primogénito de la dinastía de los Glücksburg, se crío bajo los lujos y la  educación que la acumulación de capital a través del tributo puede suscitar, al margen del oprobio popular y de la rabia contenida de los siervos y del incipiente proletariado noruego.  Sin embargo, como todos los de su estirpe, el destino jugo a su favor siendo designado en 1863  y con tan solo 17 años como el nuevo monarca griego.

La apresurada salida del rey Otón I del país, produjo un cisma dentro de la nobleza europea y sobre los intereses que las potencias industriales como Gran Bretaña e Irlanda tenían sobre el mediterráneo. Esto genero que la figura de joven kobmendense[1], sea tomada en cuenta y promovida por la reina Victoria y el príncipe Alberto, como una garantía para el desarrollo de las políticas imperialistas británicas en la zona. 

El esbelto mozalbete inicia su gestión el 30 de Marzo de aquel año, con el apoyo de las potencias europeas pero con la suspicacia del heleno.  Pero a diferencia de su antecesor, el nuevo regente, realizo todas las gestiones posibles para acercarse a sus nuevos súbditos: aprendió el griego y dejo de lado las charreteras y el fasto para acercase a las tradiciones y costumbres propias de sus habitantes como una forma de generar reconocimiento y entropía con sus nuevos vasallos.

La política y el folclore le funcionaron y poco a poco se fue ganando el reconocimiento de sus allegados, mantuvo las apariencias y esgrimió una falsa concepción de soberanía, con la celebre expresión de: “No permitiré interferencia alguna en la conducción de mi gobierno[2].

Como hombre culto, intuía que debía dar una apariencia liberal democrática a su reinado, por ello, aupó y apoyo una Asamblea Constituyente que promulgo el 28 de noviembre de 1864 una Carta Magna, que convertía a Grecia en una República de Monarquía Parlamentaria, con su respectivo Congreso Bicameral, elegido por votación directa y secreta solo para hombres.

Pero la nación helena necesitaba de una gesta de sangre que se convirtiera en el bautismo de fuego de la nueva República; y Jorge I como magnánimo se lo daría. Vendrían entonces los desmanes ocasionados por la ocupación de la isla de Creta y las atrocidades cometidas durante la Guerra de Crimea. Como en todas las guerras, seria la población civil la que sufriese las mayores penurias.
Pero el regente aprendió de sus errores, la década que se inicia en 1890, es de prosperidad producto del desarrollo comercial. En 1893, una compañía francesa construyó el canal de Corinto, acortando la travesía desde el Mar Adriático a Pireo en 241 Km. Por otra parte, los Juegos Olímpicos reaparecieron en Atenas en 1896 y el propio rey presidió la ceremonia de apertura de los Juegos de Verano de ese año. Con estas actividades se llegaba al pico de la “prosperidad” que vendía la administración real.

Pero aunque el Rey gozaba de una buena reputación, sus respectivos gobiernos subían y bajaban con rapidez vertiginosa. Desde 1864 hasta 1874, Grecia tuvo 21 gobiernos distintos, el más largo de los cuales duró solo un año y medio, pese a estas escaramuzas el soberano supo sortear las adversidades hasta 1906, cuando el parlamento cretense apoyado en voz de su principal representante, el letrado Eleftherios Venizelos

Tras la revuelta de 1897 Creta se convirtió en un espacio autónomo, contaba con un gobierno propio y un Alto Comisionado, nombrado por el rey de Grecia sin necesidad de la aquiescencia del sultán otomano; este no podía vetar la legislación aprobada por el parlamento insular ni participar en la elección de los funcionarios de la isla.Esta autonomía fue aprovechada por Venizelos para arreciar su oposición contra la pazguata monarquía con un solapado discurso nacionalista, buscando la total integración helénica bajo un solo estandarte y bandera.

Como consecuencia de la Revolución de los Jóvenes Turcos en 1908, el discurso patriótico e integracionista de Venizelos logro calar dentro de la población descontenta liberal y  nacionalista, el 8 de octubre de ese año, la Asamblea Cretense aprobó una resolución a favor de la unión, a pesar de las reservas del gobierno de Atenas liderado por Giorgios Theotokis[3] las objeciones de las grandes potencias.    ]La tímida reacción del gobierno griego a las noticias de Creta condujo a un estado de confusión dentro del reinado.[4]

Paralelo a esto, un grupo de oficiales del Ejército formó una logia castrense a la cual bautizaron como la “Stratiotikos Syndesmos[5] que demandaba que la familia real fuera despojada de sus atribuciones militares y, para evitar al rey la vergüenza de destituir a sus hijos de esos puestos de mando, ellos mismos se encargarían de hacerlo.

El 15 de agosto de 1908, se amotinan las guarniciones de las principales ciudades helénicas, la Liga Militar había logrado captar a un número significativo de los efectivos castrenses, manteniendo una superioridad numérica y bélica sobre las tropas leales.

Los chovinistas diadocos consiguieron controlar la situación desde un inicio y ya para el 28 de ese mes, con el apoyo de Venizelos controlaban la vida política del reinado. Ante este “sablazo”, el Monarca de los Helenos, tuvo que negociar y buscar una salida concertada con el “nuevo poder” surgido de las Bayonetas.



La “cuestión nacional” se convirtió en el lev motive del nuevo gobierno, a través del parlamento se pauto que el Rey seguiría manteniendo su puesto dentro la cadena de mando, siempre y cuando, se comprometiera con el proceso de fortalecimiento del ejercito así como la recuperación de la región de Salónica, que se encontraba en poder de los Otomanos.

Prueba de esto es que su hijo, Constantino fue repuesto como Inspector General del Ejército[6] y, más tarde, Comandante en Jefe. Bajo su cercana supervisión y la de Venizelos, además de la ayuda británica y francesa, el Ejército recibió un nuevo equipamiento y adiestramiento y se encargaron nuevos barcos para la Armada. Mientras tanto, a través de medios diplomáticos, Venizelos se unió a los países cristianos en los Balcanes, formado así junto a Bulgaria, Serbia y Montenegro la Liga Balcánica.

El hierro caliente se esparció por los Balcanes nuevamente y el regente junto a sus huestes se lanzaría con bombos y platillos a un nuevo conflicto bélico conocido como la Primera Guerra Balcánica.

El 9 de noviembre de 1912, las fuerzas griegas irrumpieron en Salónica solo unas pocas horas antes que una división búlgara. Seguido del príncipe heredero y de Venizelos en un desfile algunos días más tarde, el rey Jorge se paseó triunfante por las calles de la segunda mayor ciudad griega.

Esta victoria pareciese ser la culminación de una vida llena de lujos pero de riesgos, un hombre que nació y vivió para gobernar y para ser venerado como una deidad. Sin embargo,  del otro lado de la cera, la inequidad, la indiferencia y la rudeza de una vida carente de bienestar, forjaban el temperamento y el pulso de un inconforme.

El 18 de marzo de 2013, Jorge I  se paseaba por las calles de Salónica acompañado por un pequeño grupo de colaboradores y aduladores, cercano al monumento de la Torre Blanca, el portador de la testa coronada se disponía ingresar a un pequeño establecimiento para ingerir algún bebestible entre la Avenida Trinidad y la Calle Olgas, cuando un ardor en la espalda le quita la claridad al día.

Detrás de él y a escasos dos pasos se encuentra el cañón humeante de un revolver agarrando con una precisión increíble, detrás del mismo se encuentra Alexandros Schinas, un  cuarentón anarquista, recorrido de varios continentes y sueños destrozados, la hora mortem marca las 05:15 PM entre una insidiosa cacofonía de gendarmes y vasallos.

El regicida es detenido automáticamente oponiendo una pobre resistencia, su silencio es la mejor defensa ante los puños. Por su parte la contraparte es llevada hasta el hospital más cercano en donde fallece antes de arribar.




Schinas es llevado hasta una comisaría donde es interrogado y vejado en múltiples oportunidades, ante las insistentes preguntas sobre las razones del asesinato, este con gallardía decía: “lo hice porque estoy en contra de todos los gobiernos[7], sin embargo, ante la mórbida cayapa se retractaría al decir “lo hice porque le pedí dinero al rey y este se negó[8].

Sin embargo ante la negativa de Schinas de incriminar a otros compañeros o de inculparlos injustamente, los policías deciden desasearse del estorbo arrojándolo por una ventana de la comisaría el 6 de mayo de ese año. Así,  los griegos deciden estrenar la odiosa practica policial de arrojar anarquistas por la ventana y poniendo alevosamente en la ficha policial del imputado la palabra “suicidio”.

Se conoce el lugar de sepulcro de Schinas o si el mismo fue enterrado, pero lo que si se conoce es que nació en la ciudad de Volos en 1870 y que emigro a Norte America donde trabajo como mesero en el Hotel de la Gran Avenida de Manhattan a mediados de 1908. Muchos de lo que lo conocieron dicen que era “amigo de radicales y fervientes pensadores[9] así como un “enemigo de cualquier gobierno sobre todo de las monarquías”.[10]

Después de ahorrar algo dinero y con mucho esfuerzo se regresa a su natal Volos donde inicia una pequeña escuela de pensamiento antiautoritario donde publicaban textos y algunos folletos. Pero como era de esperarse el proyecto de pedagogía libertaria, no logra cuajar y rápidamente el proyecto es lanzado a la inquisición helena por sus heréticas ideas anti-rey que predicaban.

Empobrecido y tuberculoso, Schinas decide dejar su huella en la historia a través del arma de los pobres, la vindicta. Pero paralelo a esto, la figura del anarquista como muchos de sus afines se encuentra envuelta en un círculo de misterios y suposiciones. Muchos historiadores lo acusan de ser un “agente al servicio de los búlgaros y de la causa macedonia” pero esta hipótesis no se ha comprobado históricamente.

Con la muerte de Jorge I y de su regicida se acaba el periodo monárquico fuerte en Grecia, con el tiempo la figura del regente opacaría la del anarquista, lanzando a este rebelde al ostracismo de la memoria colectiva.




[1] Gentilicio de un oriundo de Copenhague.
[2] Jorge I. The Times.14 de de febrero de 1865 p. 10 col. C
[3] John Campbell y Philip Sherrard . Modern Greece. Londres. Ernest Benn.
[4] Op cit
[5] En griego significa: Liga Militar.
[6] Richard Clogg (1979). A Short History of Modern Greece. Cambridge University Press.
[7] The Times (Londres) 19 de marzo de 1913 p. 6
[8] Op cit.
[9] Th New York Times. The Assassins lived here. 20 marzo de 1913.
[10] The New York Times 7 de mayo de 1913 p. 3

El motín de Vasilis Tsironis

Rodolfo Montes de Oca

Vasilis Tsironis nació en Atenas el 15 de agosto de 1929, hijo de  una familia de refugiados de Asia Menor que habían huido a la costa de Turquía después de la derrota de Grecia en la guerra de 1922. En el corazón de la Guerra Civil, Tsironis ingresó en la Escuela de Medicina de Atenas en 1947, a pesar de los deseos familiares de que ingresara a la Academia Militar.

Para 1958 es designado por la Cruz Roja como medico en el campo de concentración de comunistas de Agios Efstratios, en donde desobedece la política gubernamental de aniquilamiento de los presos político, optando por cumplir con su “juramento a Hipócrates” y mejorar significativamente la salud de los privados de libertad. De regreso en Atenas, denuncia públicamente las dantescas condiciones de vida en los centros de reclusión y a la Cruz Roja como una organización “colaboracionista” y “subordinada” a los intereses genocidas del Estado Griego.

Durante el gobierno del socialista Andreas Papandréu, el doctor ateniense funda “El Partido Independiente de los No Alineados” tratando de generar una estructura política que rompiera con el modelo bipartidista que se estaba instaurando en la sociedad helénica y que marcara la cuestión pública en los venideros 50 años. Su propuesta no logra materializarse, ya que el rector electoral, no le da legitimidad legal para que funcionara; ante esta negativa gubernamental, Tsironis inicia una huelga de hambre de 50 días para exigir su legalización y para generar las condiciones políticas para que los exiliados helénicos regresaran a la región.

Con el golpe militar de los Coroneles en 1967, la vida de Vasilis se complica, es arrestado en las purgas anti-izquierda que implementaron los regentes de facto para controlar la disidencia. En 1969 con 40 años a cuesta y aprovechando una salida de su reclusión, junto a su esposa y dos de sus hijos, aborda un DC-3 de Olympic Airways, que secuestra a punta de pistola y cuchillos, desviando su rumbo hasta Tirana (Albania) donde solicita asilo político en el gobierno del ortodoxo marxista Enver Hoxha, el cual lo arresta para luego ponerlo en libertad y obsequiarle unos pasajes hasta Suecia, allí encontrara cobijo entre otros exiliados políticos.[1]

Para 1974, con la caída de la Junta y el advenimiento de la concertación partidista, Tsironis regresa a Grecia donde funda la organización “Frente Helénico Neutrófilo” que realizara varias acciones directas como abalear una imagen gigante del primer ministro  Konstantinos Karamanlis y sobre todo por la publicación del “libro azul” un manifiesto político de sátiras, análisis y agitación revolucionaria, considerado por muchos como el manual antecesor de la izquierda extraparlamentaria y del anarquismo posmoderno.


Para 1977, Karamalis convoca a una elecciones anticipadas, a lo cual el faccioso medico responde con la primera campaña abstencionista de la historia moderna griega, lo cual es apoyada por 251.000 votantes que expresan su repudio al sistema de gobierno votando en blanco. Esta osadía enerva el temperamento del Ministro de Orden Público, que solicita su inmediata detención. [2]

El 30 de noviembre de 1977 una comisión de la policía intenta detenerlo cerca de su apartamento en el suburbio ateniense de Paleo Faliro, pero escapa y se atrinchera en su apartamento donde dispara contra las patrullas policiales, esta escaramuza da inicio a epopeya a la cual nos tienen acostumbrado los griegos. 

La zona residencial es rápidamente copada por gendarmes y francotiradores, que aguardan como cazadores a la liebre, pero Tsironis no es presa fácil y ante el asedio responde al Estado con la declaración pública y desde su balcón de un “Estado Autónomo” y en guerra contra el actual. [3]

Dispone megáfonos en su balcón de es su residencia y como tarima  cada noche de 7 a 8 da “partes de guerra” donde incita a una población de jóvenes a que se agolpa a las afueras del perímetro a iniciar un “proceso subversivo” contra el orden actual. Cada día sus proclamas se hacen cada vez más radicales, no solo despotrica contra los partidos políticos, curas y militares sino también contra el capitalismo y toda la Administración Pública en su conjunto. Sus furiosas locuciones anti-sistema empiezan a captar rápidamente la atención de la corriente anarquista ateniense que se acerca cada noche a escuchar el show. 


El show continuaba y los medios formadores de masa, se encargaron de resaltar que la actitud rebelde de Tsirones, negaba la noción de estado. La prensa escrita se jactaba y mofaba del proceder del médico, lo acusaban de ataques incendiarios al Ministerio del Trabajo y recalcaban hasta la tozudez la permisibilidad del establishment con el iconoclasta.

Pero la contingencia entre los estados, dura hasta el 04 de julio de aquel año, cuando 28 soldados elite de la “Brigada de Operaciones Especiales" irrumpen en la vivienda de Tsironis con la ayuda de gases lacrimógenos, para detenerlo y llevarlo a tribunales, en medio de las escaramuzas, el médico se suicida, hecho que no pudo ser avalado por el médico forense.[4]

Esta incongruencia, sumada al hecho de que su viuda declaro que “fue asesinado por la policía fascista”[5] enervo las tensiones antiautoritarias, que hacen del funeral de Tsironis un jolgorio de cólera anticapitalista, se calcula que más de 1.000 anarquistas y ultra-izquierdistas se apersonan a las exequias para rendirle tributos a un indomable.  

Ese mismo día los representantes mediáticos del gobierno del Partido Nueva Democracia, declararan que: “con su comportamiento antisocial y anti-estatal, Tsironis se convirtió en una amenaza y en un peligro constante para los ciudadanos. Todos los partidos políticos pedían poner fin  a esta situación[6]

Estas declaraciones pusieron en la palestra pública, la férrea determinación de la concertación helénica de apartar de su camino a cualquier individuo o grupo que estuviese dispuesto a perturbar su paz social y su sistema de imposición.





[1] Extraído del portal Web: http://libcom.org/history/tsironis-vasilis-1929-1978-rebel-assassinated-doctor
[2] Extraído del portal Web: http://www.lifo.gr/lifoland/magic-circus/5520
[3] Op cit
[4] Extraído del portal Web: http://sarantakos.wordpress.com
[5] Extraído del portal Web: http://zeidoron.pblogs.gr/2011/06/san-shmera-to-1978-to-ellhniko-kratos-dolofonhse-to-giatro-basil.html
[6] Op cit.

Maziotis: Verbo Subversivo

Rodolfo Montes de Oca

Desde junio de 1997 hasta junio de 1998, una serie de ataques incendiarios contra vehículos de compañías trasnacionales, prensa, gubernamentales y de lujo sacude con la luminosidad de las antorchas la noche en Atenas. Detrás de cada ataque una llamada telefónica, adjudicaba la acción al grupo “los incendiarios de la conciencia”. Esta orgánica anarquista se adjudico 62 incendios de coches[1] y el ataque con bomba del Directorio Oficial de la Comunidad Judía Helénica y contra la oficina del diputado del PASOK, Nikos Famatis.

Sorpresivamente a través de un breve comunicado que  decía: “La campaña de guerra que hemos emprendido en el último año se suspendió temporalmente, para que podamos volver a definir nuestras posiciones en las trincheras de la lucha de clases[2] con este breve comunicado la agrupación se disolvía, pero las investigaciones policiales estaban en curso y un nombre sobre salía entre los demás sospechosos: Nikos Maziotis.

Un año después se encontrarían cara a cara por primera vez, de un lado los leguleyos de verbo y las leyes en que se han convertido los jueces y en el otro el rebelde partidario de la revolución social, traído a juzgado a la fuerza por una bomba que no exploto en el Ministerio de Industrias. Frente a frente de sus adversarios de clase, aprovecho el pulpito para realizar un acto de ruptura judicial, su apellido seria sinónimo en el futuro de sedición y evasión continua del orden, Maziotis es su apellido y será un dolor de cabeza para la policía política.

 Durante su apología, dejo a la luz pública su prontuarió de combate, su radicalización se dio por la  muerte de Kaltezas, participo en múltiples ocupaciones de facultades, detenciones hasta por 18 meses, luchas por la ecología y la participación ciudadana, resistencia a las políticas neoliberales helénicas, deserción del ejercito, enfrentamiento contra los antidisturbios, un prontuario común entre la generación de los anarquista de la década de los noventas.

Durante el juicio es condenado por dicha acción, pasando una corta estadía en prisión por esta operación, luego su rastro se pierde como el de muchos en momentos en que Grecia empezaba a tener un declive como nación potentada de la Unión Europea. Al venirse al traste la ilusión neoliberal se reactivan las luchas de calle y empiezan a emerger organizaciones revolucionarias mas o menos estructuradas que empiezan a realizar ataques de contra las estructuras de poder, una de ellas es “Epanastatiko Agonas” o “Lucha Revolucionaria”.

Esta organización autoproclamada anarquista, anticapitalista y anti-imperialista, llevo una serie de ataques explosivo contra bancos, ministerios, policías, casa de cambios hasta contra la embajada norteamericana en Atenas. Todas sus acciones se saldaron sin victimas y solo se vio afectada la estructura y de lo que ellos simbolizan. 

Pero en 2010, la suerte de la organización cambio cuando en un intento de robo frustrado, se produce un intercambio de balas entre la policía y el anarquista Lambros Foundas, en el suburbio de Dafni.

Su muerte precipito la caída de la organización armada, se realizaron varios allanamientos en donde se encontraron armas y documentos falsificados, las redadas terminan con 6 detenidos Pola Roupa,  Evanghelos Stathopoulos, Christoforos Kortesis, Kostas Gournas, Sarantos Nikitopoulos y Nikos Maziotis.

Desde un inicio y sin ningún tipo de tapujo, Roupa, Gournas y Maziotis asumieron su pertenencia a la organización, por lo cual fueron detenidos por los 18 meses  que la legislación vigente en Grecia establece para la prisión preventiva. El 11 de Octubre de 2011 son dejados en libertad para ser procesados el 24 de ese mes, pero por jugarretas del destino, la pareja Maziotis Roupa no se presento y se dio a la fuga pasando a la clandestinidad con su pequeño hijo al cual llamaron Victor Lambros Maziotis Roupa, en honor a su compañero caído.

La familia Maziotis Roupa es un ejemplo de lo que los medios han denominado “la nueva generación de extremistas griegos[3] un conglomerado variopinto de facciosos que tratan de romper el cerco de la legalidad y de cambiar sus realidades a través de la acción directa.

La deudocracia en que se convirtió la república helénica ha generado el caldo de cultivo propicio para que un puñado de siglas se adjudique una serie de ataques contra el orden establecido, reinventado la filología y haciendo posible que el apellido Maziotis sea un verbo subversivo. 





[1] Extraído de la pagina Web de la Agencia Nacional de Noticias: http://www.hri.org/news/greek/apegr/1998/98-06-15.apegr.html
[2]Extraído de  MIPT Terror Knowledge Base en el informe sobre los “Incendiarios de la Conciencia”
[3] Información extraída de: http://www.eurotopics.net/es/home/medienindex/media_articles/archiv_article/ARTICLE42095-Dejan-Kovac-acerca-de-una-nueva-generacion-extremista